El fideicomiso es un instrumento legal que permite la gestión de bienes. Se trata de un acuerdo en el que una persona, denominada fideicomitente, transmite sus activos a otra denominada fiduciario.

Por su parte, el fiduciario, tiene la responsabilidad de administrar dichos bienes en beneficio de un tercero, conocido como beneficiario. De esta manera, en el fideicomiso se asegura que los bienes se utilizan de conformidad con las instrucciones del fideicomitente.

Es necesario resaltar, qué significa el fideicomiso. En este sentido, conviene señalar que el fideicomiso implica una relación de confianza, pues el fiduciario debe actuar atendiendo al mejor interés del beneficiario, y por ello, es crucial elegir un fiduciario de confianza con el fin de garantizar una correcta administración de los bienes.

Por lo tanto, y respondiendo a la pregunta de qué es un fideicomiso y para qué sirve, cabe destacar, que se trata de una institución sucesoria que permite al fideicomitente encargar a otra persona la administración o conservación de bienes con el fin de entregárselos a otra persona en un momento determinado.

El fideicomiso se regula en el Código Civil, concretamente en su artículo 781, donde se establecen los requisitos para la constitución del mismo, disponiendo que las «las sustituciones fideicomisarias (…), serán válidas y surtirán efecto siempre que no pasen del segundo grado, o que se hagan en favor de personas que vivan al tiempo del fallecimiento del testador.»

Diferencia entre trust y fideicomiso

Las diferencias entre el trust y el fideicomiso muestran las particularidades de los diferentes sistemas legales de los que proceden. Mientras que el trust tiene su origen en el derecho anglosajón, el fideicomiso es una institución civil, propia de la tradición jurídica latina.

En segundo lugar, atendiendo a su naturaleza jurídica, el trust se basa en una relación de confianza entre el fideicomisario y el beneficiario, y el fideicomiso, aunque también requiere confianza entre las partes, se basa en un contrato que define las obligaciones específicas del fiduciario hacia el fideicomitente y el beneficiario. Esta distinción resalta la formalidad que caracteriza al fideicomiso, frente a la flexibilidad que define al trust.

La estructura de ambas figuras también presenta diferencias. Por un lado, en el trust intervienen tres partes: fideicomitente, fiduciario y beneficiario. Por otro lado, aunque en el fideicomiso también se incluyen estas partes, las formalidades del acuerdo y la estructura pueden variar según la legislación local, influyendo así en la manera de administrar los bienes.

Asimismo, su regulación también es diferente, puesto que el trust se regula por la ley común (common law), y el contrato de fideicomiso se regula por el derecho civil.

Otra diferencia entre el trust y el fideicomiso se encuentra en lo relativo a la transparencia y confidencialidad. Los fideicomisos suelen estar sujetos a requisitos de registro, lo que permite que su funcionamiento sea más transparente, y por el contrario los trusts, no siempre requieren registro público, lo que permite ofrecer un mayor grado de confidencialidad.

¿Cuándo conviene realizar un fideicomiso?

Un fideicomiso es conveniente cuando el fideicomitente tiene como fin asegurar el destinatario final de la herencia. Un ejemplo de ello sería el caso de que existiera un heredero menor de edad y su causante desease entregar sus bienes a un fiduciario con el fin de que los conserve hasta que su heredero cumpla la mayoría de edad.

Por otro lado, también conviene realizar un fideicomiso en aras a evitar que se malgaste la fortuna familiar, o para evitar que los bienes salgan de la herencia familiar. . Es por ello que en el contrato de fideicomiso, se determina quién debe ser el destinatario final de los bienes. Para aquellos interesados en conocer más sobre la gestión de la herencia en testamento, es importante comprender las diferencias clave entre ambos instrumentos

Por lo expuesto anteriormente, un contrato de fideicomiso será idóneo en el caso de que el causante desee proteger la masa hereditaria y controlar el desino de sus bienes.

Tipos de fideicomiso: condicional, de plazo, puro, de residuo.

Existen diversas formas de constituir un contrato de fideicomiso en España. En primer lugar, puede consistir en un fideicomiso condicional, que será aquel en el que los bienes se transmitan al beneficiario final, cuando se cumpla una determinada condición impuesta por el fideicomitente.

En segundo lugar, el fideicomiso puede ser puro, consistente en una mera conservación de los bienes, puesto que el fiduciario solo podrá realizar acciones de conservación y guarda de los bienes, sin que pueda disfrutar de los bienes hasta su transmisión al beneficiario.

Por último, también existe el contrato de fideicomiso de residuo, en el que el fiduciario puede disponer de los bienes de manera total o parcial, dispensando al fiduciario de la obligación de conservar los bienes y entregar la herencia.

¿Es mejor hacer un testamento o un fideicomiso?

En primer lugar, conviene señalar que ambos son instrumentos de planificación patrimonial. No obstante, la principal diferencia entre ambos reside en que el testamento produce efectos tras el fallecimiento del causante, mientras que el fideicomiso se ocupa de la administración del patrimonio en vida.

Por otro lado, los fideicomisos evitan la legalización necesaria para otorgar testamento, puesto que no se requiere un proceso judicial de distribución de los bienes. Acudir por tanto al contrato de fideicomiso, resultará conveniente en el caso de que los bienes del causante sean varios o presenten estados o instrucciones complejas en cuanto a su partición.

Adicionalmente, optar por el contrato de fideicomiso, permitirá reducir los costes y tiempo derivados del proceso judicial, permitiendo una distribución más ágil de los bienes. Asimismo, si el causante desea minimizar los impuestos sobre el patrimonio y mantener a generaciones futuras mediante las estrategias derivadas del fideicomiso, apostar por este instrumento es una buena opción.

En definitiva, decantarse por la constitución de un contrato de fideicomiso será una buena alternativa si los bienes y su partición son complejos, si se quiere evitar acudir a un procedimiento judicial, o bien si se desea planificar una incapacidad con el fin de que los bienes lleguen al destinatario final que desea el fideicomitente.

Cómo hacer un contrato de fideicomiso

Con el fin de formalizar un fideicomiso en España, es necesario realizar una serie de trámites para cumplir con la normativa vigente. En primer lugar, se requiere la definición de los términos del fideicomiso, en los que deberán determinarse las partes que conforman el contrato (fideicomitente, fiduciario y beneficiarios).

Posteriormente, se deberán seleccionar los bienes que se desean incluir en el contrato de fideicomiso, que podrán consistir en cuentas bancarias, inversiones y bienes inmuebles, entre otros.

Finalmente, deberá redactarse el contrato y formalizarse ante notario. Esta formalización notarial es esencial para que dicho contrato tenga validez legal. El notario se encargará de dar fe de la firma del contrato y de la identidad de las partes intervinientes. Este requisito será necesario en el caso de que el contrato de fideicomiso contenga bienes inmuebles o derechos documentados en escritura pública.

¿Puede cambiarse un fideicomiso en vida?

Una de las ventajas de constituir un contrato de fideicomiso en España, es que el mismo puede realizarse con carácter revocable. Ello permite al fideicomitente constituirlo en vida con el fin de probar su funcionamiento y comprobar si este instrumento jurídico le resulta conveniente, o revocarlo en caso contrario.

Este tipo de fideicomisos se denominan fideicomisos en vida o inter vivos, y presentan numerosas ventajas entre las que destaca principalmente la posibilidad de que el fideicomitente pueda hacer cambios en el fideicomiso. Estos cambios podrán consistir en añadir o eliminar activos, modificar los términos del contrato, o cambiar a los beneficiarios, en función de su preferencias y circunstancias.

¿Cuánto cuesta hacer un fideicomiso en España?

Los costes de establecer un fideicomiso en España pueden variar en función de diversos factores como la complejidad del mismo, el valor de los bienes que formen parte del contrato, y los honorarios de los abogados y procuradores que intervengan en el proceso.

Asimismo, los costes de formalización de un contrato de fideicomiso dependerán en cada caso de lo siguiente. En primer lugar, el pago de impuestos, que variará en función de los actos, contratos y operaciones de carácter oneroso y de la ley impositiva aplicable en función de la provincia donde se firme el contrato o se encuentre el bien.

En segundo lugar, el contrato de fideicomiso en España está sujeto no solo a la normativa estatal, sino también a la normativa de la comunidad autónoma o provincia en la que se inscriba el contrato en caso de tratarse de bienes inmuebles, lo que determinará el importe de la tasa de inscripción registral.

¿Se puede embargar un fideicomiso en España?

La posibilidad de embargar un contrato de fideicomiso en España depende de diversos factores. Primeramente, dependerá de la naturaleza del fideicomiso, puesto que este puede haberse formalizado con carácter revocable o irrevocable.

En el caso de que el contrato de fideicomiso sea irrevocable, los bienes, con carácter general no podrán ser embargados, ya que no se consideran patrimonio del fideicomitente, sino que tienen la consideración de patrimonio autónomo.

No obstante, si el fideicomiso es revocable, el fideicomitente puede seguir teniendo cierto control sobre los bienes y su destino. En este supuesto, los acreedores sí podrían tener la posibilidad de solicitar un embargo, puesto que el fideicomitente puede recuperar la propiedad de dichos activos.

Por último, es necesario tener en cuenta que si el contrato de fideicomiso se encuentra bien estructurado y se ha definido con concreción a los beneficiarios, los bienes no podrán ser reclamados. A sensu contrario, si el fideicomitente ha creado el fideicomiso con ánimo de defraudar a los acreedores, estos ostentarán el derecho a impugnar el fideicomiso ante los tribunales.

En conclusión, el fideicomiso es una herramienta legal versátil que ofrece múltiples ventajas para la protección de bienes y la planificación financiera. Conocer qué es un fideicomiso, los diferentes tipos y cómo hacerlo, junto con los costes asociados, te ayudará a tomar decisiones informadas. Si estás interesado en explorar cómo un fideicomiso puede beneficiar tu situación personal o empresarial en Garrido y Doñaque somos abogados especializados y estaremos encantados de ayudarte en todo lo que necesites.